ROGAMOS TOMAR NOTA DE NUEVO MAIL PARA CANALIZAR COMUNICACIONES CON LA "ASAMBLEA PERMANENTE", de los MIÉRCOLES a las 20hs
salvemosalbarrio@gmail.com
Esperamos como siempre los valiosos aportes de todos los vecinos en esta gestión, en defensa de nuestra calidad y estilo de vida.
Asamblea Permanente Comunas 12 y 15
martes, 26 de mayo de 2009
miércoles, 13 de mayo de 2009
MISCELÁNEAS DE LA MANIFESTACIÓN DEL 11 DE MAYO
martes, 12 de mayo de 2009
MANIFESTACIÓN 11/MAYO - "PÁGINA 12"
GRACIAS "PÁGINA 12" !!!!!!!
VECINOS DE VILLA DEL PARQUE Y AGRONOMIA RECHAZAN LA “EDIFICACION INDISCRIMINADA”
Torres que tapan el sol a un barrio
Una modificación en el Código de Planeamiento permite la construcción de edificios de 10 pisos en un barrio de casas bajas. Los vecinos reclaman una nueva reforma que frene esas edificaciones, que atribuyen al “avance del negocio inmobiliario”.
En nombre de “las condiciones de vida del barrio”, un grupo de vecinos de Villa del Parque y Agronomía libran una batalla contra la edificación “indiscriminada” de torres de 10 o más pisos.
Ayer (lunes 11 de mayo -2009-) a las 19 se concentraron en el cruce de avenida Salvador María del Carril y Nazca para expresar una vez más su reclamo por el avance de “los negocios inmobiliarios” en el barrio. En el 2000 hubo un cambio de zonificación que permitió que en catorce manzanas haya 23 construcciones iniciadas o terminadas y una decena más en danza.
Antes de este cambio, sólo se podía edificar hasta tres pisos.
“Hicimos todo muy profesionalmente: presentamos firmas, enviamos proyectos de resolución, nos reunimos con la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura... Incluso contratamos un estudio de arquitectos para que evalúe las construcciones. De 12 edificios, 10 están fuera de la ley”, enumeró anoche Abel De Grande, uno de los integrantes de la asamblea Salvemos al Barrio. Este vecino vio cómo en los dos últimos años se terminaron de construir ocho edificios en la zona comprendida entre la avenida Del Carril, entre Campana y Constituyentes, y sobre Pampa, entre Constituyentes y Burela.
El cambio de la zonificación fue en el 2000 y las manzanas involucradas pasaron de ser residenciales a comerciales en una escala barrial. Este cambio, según explicó a este diario una arquitecta que asesora al bloque Diálogo por Buenos Aires, “fue algo general que no contempló situaciones particulares como ésta”. Pasa que las manzanas detrás de la avenida Del Carril son más pequeñas y las calles más angostas por tratarse de pasajes. “Entonces los edificios se vienen muy encima de las casas, realmente no es conveniente que se sigan construyendo esas torres”, agregó la arquitecta. Antes del cambio, la altura máxima para una construcción era de 10 metros, ahora es de 24.
Además, existe el peligro de “una saturación de la infraestructura”, admitió la asesora, en lo que respecta a la distribución de agua o las cloacas. Por otra parte, y en coincidencia con el reclamo de los vecinos, consideró que “lo que se está afectando es la imagen, la identidad del barrio, que tiene poca intensidad ocupacional”. El bloque que ella asesora presentó, por medio del legislador Eduardo Epszteyn, un proyecto de ley para volver a la zonificación anterior. Entre los argumentos, se menciona la preocupante “ausencia de una planificación urbana, estructural, que oficie de directriz al desarrollo de los centros locales periféricos, que obliga a actuar de manera contingente frente al avance de los proyectos inmobiliarios que tienden a modificar la fisonomía, y por tanto las costumbres, de distintos centros barriales”.
Los vecinos ya discutieron el tema en la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura porteña, donde llevaron un petitorio con 2300 firmas en favor de “la rezonificación en el Código de Planeamiento Urbano y suspensión de la recepción de nuevos permisos de obras para edificios de alto en la traza”. También insisten en que los nuevos edificios los dejan sin luz, sin sol ni privacidad. “No nos oponemos al progreso ni a la construcción, sino a la construcción indiscriminada y fuera de una planificación urbana responsable”, resaltan. Claro que tanto agentes inmobiliarios como algunos comerciantes de la zona también presionaron para que nada cambie. Aunque, según se cita en un comunicado de los vecinos autoconvocados, las propias inmobiliarias promocionan esos nuevos departamentos de uno o dos ambientes comentando que están “en el corazón de un tradicional barrio porteño de casas bajas y vista abierta, en un entorno agradable, con árboles y espacios verdes”.
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VECINOS DE VILLA DEL PARQUE Y AGRONOMIA RECHAZAN LA “EDIFICACION INDISCRIMINADA”
Torres que tapan el sol a un barrio
Una modificación en el Código de Planeamiento permite la construcción de edificios de 10 pisos en un barrio de casas bajas. Los vecinos reclaman una nueva reforma que frene esas edificaciones, que atribuyen al “avance del negocio inmobiliario”.
En nombre de “las condiciones de vida del barrio”, un grupo de vecinos de Villa del Parque y Agronomía libran una batalla contra la edificación “indiscriminada” de torres de 10 o más pisos.
Ayer (lunes 11 de mayo -2009-) a las 19 se concentraron en el cruce de avenida Salvador María del Carril y Nazca para expresar una vez más su reclamo por el avance de “los negocios inmobiliarios” en el barrio. En el 2000 hubo un cambio de zonificación que permitió que en catorce manzanas haya 23 construcciones iniciadas o terminadas y una decena más en danza.
Antes de este cambio, sólo se podía edificar hasta tres pisos.
“Hicimos todo muy profesionalmente: presentamos firmas, enviamos proyectos de resolución, nos reunimos con la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura... Incluso contratamos un estudio de arquitectos para que evalúe las construcciones. De 12 edificios, 10 están fuera de la ley”, enumeró anoche Abel De Grande, uno de los integrantes de la asamblea Salvemos al Barrio. Este vecino vio cómo en los dos últimos años se terminaron de construir ocho edificios en la zona comprendida entre la avenida Del Carril, entre Campana y Constituyentes, y sobre Pampa, entre Constituyentes y Burela.
El cambio de la zonificación fue en el 2000 y las manzanas involucradas pasaron de ser residenciales a comerciales en una escala barrial. Este cambio, según explicó a este diario una arquitecta que asesora al bloque Diálogo por Buenos Aires, “fue algo general que no contempló situaciones particulares como ésta”. Pasa que las manzanas detrás de la avenida Del Carril son más pequeñas y las calles más angostas por tratarse de pasajes. “Entonces los edificios se vienen muy encima de las casas, realmente no es conveniente que se sigan construyendo esas torres”, agregó la arquitecta. Antes del cambio, la altura máxima para una construcción era de 10 metros, ahora es de 24.
Además, existe el peligro de “una saturación de la infraestructura”, admitió la asesora, en lo que respecta a la distribución de agua o las cloacas. Por otra parte, y en coincidencia con el reclamo de los vecinos, consideró que “lo que se está afectando es la imagen, la identidad del barrio, que tiene poca intensidad ocupacional”. El bloque que ella asesora presentó, por medio del legislador Eduardo Epszteyn, un proyecto de ley para volver a la zonificación anterior. Entre los argumentos, se menciona la preocupante “ausencia de una planificación urbana, estructural, que oficie de directriz al desarrollo de los centros locales periféricos, que obliga a actuar de manera contingente frente al avance de los proyectos inmobiliarios que tienden a modificar la fisonomía, y por tanto las costumbres, de distintos centros barriales”.
Los vecinos ya discutieron el tema en la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura porteña, donde llevaron un petitorio con 2300 firmas en favor de “la rezonificación en el Código de Planeamiento Urbano y suspensión de la recepción de nuevos permisos de obras para edificios de alto en la traza”. También insisten en que los nuevos edificios los dejan sin luz, sin sol ni privacidad. “No nos oponemos al progreso ni a la construcción, sino a la construcción indiscriminada y fuera de una planificación urbana responsable”, resaltan. Claro que tanto agentes inmobiliarios como algunos comerciantes de la zona también presionaron para que nada cambie. Aunque, según se cita en un comunicado de los vecinos autoconvocados, las propias inmobiliarias promocionan esos nuevos departamentos de uno o dos ambientes comentando que están “en el corazón de un tradicional barrio porteño de casas bajas y vista abierta, en un entorno agradable, con árboles y espacios verdes”.
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jueves, 7 de mayo de 2009
MARCHA!!!!!!!! NOS MANIFESTAREMOS A LO GRANDE!!!!!!!!
VECINOS, FAMILIAS
EL LUNES 11 A LAS 19 HS
LOS VECINOS DE AGRONOMIA Y PUEYRREDON AUTOORGANIZADOS NOS MOVILIZAMOS en NAZCA Y DEL CARRIL
PARA DEFENDER NUESTRO FUTURO y POR LA IDENTIDAD DE NUESTRO BARRIO…
LA LIBERACION DEL FOT TUVO COMO CONSECUENCIA LA CONSTRUCCION DE NUMEROSOS EDIFICIOS QUE DETERIORAN NUESTRA CALIDAD DE VIDA
NOS QUITAN LA LUZ Y SOL
NOS ENFRENTAMOS CON MOLES DE CEMENTO
APENAS SALIMOS A NUESTRO PEQUEÑO PATIO, PERDEMOS LA INTIMIDAD DE NUESTRO HOGAR
PERDEMOS NUESTRO LUGAR EN EL MUNDO
QUEREMOS VIVIR EN UNA CIUDAD DIGNA
QUEREMOS UN DESARROLLO SUSTENTABLE
¨…EL PROYECTO DE LEY PRESENTADO ANTE DISTINTOS ORGANISMOS GUBERNAMENTALES FUE AVALADO POR 2704 VECINOS CON SU FIRMA
POR FAVOR SUMESE!!! ES SU FUTURO, ES EL FUTURO DE TODOS NOSOTROS!!!!!!
COMPROMETAMOSNOS CON NOSOTROS MISMOS!!!!
POR FAVOR, DIFUNDIR Y REENVIAR ESTE MAIL A TODO EL MUNDO
EL LUNES 11 a las 19 HS HAGAMOS PRESENTES NUESTRAS 2704 FIRMAS!
martes, 5 de mayo de 2009
PRENSA - La Nación 05/05/2009
Gracias!!! Pablo Tomino de LA NACION
NO ESTAMOS SOLOS!!!!!!
El esqueleto de un edificio de siete pisos, de hormigón armado, en Niceto Vega al 5600, en Palermo, escondía una particularidad: no tenía el permiso del gobierno de la ciudad ni había sido advertido por los inspectores porteños en poco más de un año de operativos. Cuando las autoridades lo advirtieron, hace dos meses, fue clausurado.
Ante esta evidente falta de controles en las construcciones en la Capital, y en la que también se sospecha de casos de corrupción, el gobierno local impulsa una nueva metodología de inspecciones, con más agentes en la calle y una estratégica división del organismo que antes otorgaba los permisos y también fiscalizaba las obras: la Dirección General de Fiscalización de Obras y Catastro (Dgfoc). En lo que va del año, dijeron en el gobierno de Mauricio Macri, se clausuraron dos obras por día en la ciudad por no cumplir con la normativa vigente; el 70 por ciento fue por la falta de permisos para edificar o demoler una vivienda.
En ese mismo período, el gobierno de la ciudad recibió 2500 denuncias referidas a construcciones irregulares, de las cuales el 40% fueron obras "presuntamente clandestinas", y el 20%, "obras que carecen de medidas de seguridad". Pero los vecinos cuestionan la efectividad de los operativos (ver aparte).
Según la Agencia Gubernamental de Control (AGC), que desde marzo pasado conduce Pablo Bourlot, se han clausurado más de 240 obras en la ciudad, el 30 por ciento de las cuales se concentraron en los barrios de Palermo, Villa Urquiza, Villa del Parque y Balvanera.
"A partir del cambio en las formas de fiscalización, hemos descubierto este déficit que asombra: estamos logrando no sólo una mayor capacidad de inspección, sino también una más inteligente al momento de realizar los controles. Así desalentamos los posibles casos de corrupción en esta actividad", dijo a LA NACION Pablo Bourlot.
Numerosos casos
Las anomalías en las construcciones son frecuentes en la Capital. Otra de las situaciones testigo es un depósito situado en Tronador al 100, en Paternal, que mantuvo su fachada, pero en el interior hizo obras y refacciones en 5000 metros cuadrados y fue clausurado hace dos semanas. Hay más: en Galicia al 2800, en Villa Mitre, el gobierno clausuró una obra en construcción que alcanzó los siete pisos de estructura, por presentar distintas irregularidades en cuanto a seguridad.
"¿Si hay corrupción en los inspectores? No ha habido casos comprobados por los cuales se debieron hacer denuncias penales. Pero ahora los inspectores son elegidos por sorteo y se fiscalizan las inspecciones que realizan. Como resultado de esta política, durante el último mes se han realizado dos operativos especiales en los barrios de Villa del Parque y Floresta, donde hubo cuatro clausuras, dos obras paralizadas y un total de 24 actas labradas por diferentes irregularidades. Es más, en una de esas obras la Dirección de Migraciones detectó a 15 personas de origen paraguayo en condiciones irregulares de ingreso al país", dijo Bourlot.
La corrupción, en la mira
El cambio en la estructura administrativa que ejecuta los controles en las obras de la ciudad no fue nada sencillo. Después de que Macri asumió en la ciudad, en diciembre de 2007, la antigua Dgfoc fue dividida en las actuales Dirección General de Registro de Obras y Catastro (Dgroc), que depende del Ministerio de Desarrollo Urbano, y la Dirección General de Fiscalización y Control (Dgfyco), coordinada por la AGC. La primera registra el trámite de obra, y la segunda se ocupa de controlar y fiscalizar que las edificaciones estén en regla.
Las tareas de registro y de fiscalización de las obras civiles se separaron, entre otros motivos, por las sospechas de corrupción en el trámite de registro y fiscalización, que antes era regulado por la misma área, según indicaron en el gobierno.
"La separación ocasionó algunos inconvenientes de coordinación entre ambas áreas, dado que hubo que fijar circuitos administrativos que incluyeran el desdoblamiento de algunos expedientes para que cada una pudiera desarrollar sus tareas", confió una fuente del gobierno que ya no se desempeña en el área.
A principios de 2008, la Dgfyco contaba con 60 inspectores para fiscalizar unas 100.000 construcciones en altura que hay en la ciudad, mientras que en la actualidad el número de agentes creció a 115. Con la cantidad de inspectores que tiene la Capital existe una capacidad promedio de realizar 200 controles diarios.
"No encuentro méritos en esta administración, en relación con el control de obras, ya que no están haciendo más de lo que les corresponde. En otras palabras, están ejerciendo su poder de policía y cumpliendo con una normativa que debe ser ejercida por los organismos de control, en este caso la Dgfyco. Es responsabilidad del Poder Ejecutivo hacer cumplir las normas vigentes", dijo a LA NACION la diputada kirchnerista Silvina Pedreira, presidenta de la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura porteña.
NO ESTAMOS SOLOS!!!!!!
El esqueleto de un edificio de siete pisos, de hormigón armado, en Niceto Vega al 5600, en Palermo, escondía una particularidad: no tenía el permiso del gobierno de la ciudad ni había sido advertido por los inspectores porteños en poco más de un año de operativos. Cuando las autoridades lo advirtieron, hace dos meses, fue clausurado.
Ante esta evidente falta de controles en las construcciones en la Capital, y en la que también se sospecha de casos de corrupción, el gobierno local impulsa una nueva metodología de inspecciones, con más agentes en la calle y una estratégica división del organismo que antes otorgaba los permisos y también fiscalizaba las obras: la Dirección General de Fiscalización de Obras y Catastro (Dgfoc). En lo que va del año, dijeron en el gobierno de Mauricio Macri, se clausuraron dos obras por día en la ciudad por no cumplir con la normativa vigente; el 70 por ciento fue por la falta de permisos para edificar o demoler una vivienda.
En ese mismo período, el gobierno de la ciudad recibió 2500 denuncias referidas a construcciones irregulares, de las cuales el 40% fueron obras "presuntamente clandestinas", y el 20%, "obras que carecen de medidas de seguridad". Pero los vecinos cuestionan la efectividad de los operativos (ver aparte).
Según la Agencia Gubernamental de Control (AGC), que desde marzo pasado conduce Pablo Bourlot, se han clausurado más de 240 obras en la ciudad, el 30 por ciento de las cuales se concentraron en los barrios de Palermo, Villa Urquiza, Villa del Parque y Balvanera.
"A partir del cambio en las formas de fiscalización, hemos descubierto este déficit que asombra: estamos logrando no sólo una mayor capacidad de inspección, sino también una más inteligente al momento de realizar los controles. Así desalentamos los posibles casos de corrupción en esta actividad", dijo a LA NACION Pablo Bourlot.
Numerosos casos
Las anomalías en las construcciones son frecuentes en la Capital. Otra de las situaciones testigo es un depósito situado en Tronador al 100, en Paternal, que mantuvo su fachada, pero en el interior hizo obras y refacciones en 5000 metros cuadrados y fue clausurado hace dos semanas. Hay más: en Galicia al 2800, en Villa Mitre, el gobierno clausuró una obra en construcción que alcanzó los siete pisos de estructura, por presentar distintas irregularidades en cuanto a seguridad.
"¿Si hay corrupción en los inspectores? No ha habido casos comprobados por los cuales se debieron hacer denuncias penales. Pero ahora los inspectores son elegidos por sorteo y se fiscalizan las inspecciones que realizan. Como resultado de esta política, durante el último mes se han realizado dos operativos especiales en los barrios de Villa del Parque y Floresta, donde hubo cuatro clausuras, dos obras paralizadas y un total de 24 actas labradas por diferentes irregularidades. Es más, en una de esas obras la Dirección de Migraciones detectó a 15 personas de origen paraguayo en condiciones irregulares de ingreso al país", dijo Bourlot.
La corrupción, en la mira
El cambio en la estructura administrativa que ejecuta los controles en las obras de la ciudad no fue nada sencillo. Después de que Macri asumió en la ciudad, en diciembre de 2007, la antigua Dgfoc fue dividida en las actuales Dirección General de Registro de Obras y Catastro (Dgroc), que depende del Ministerio de Desarrollo Urbano, y la Dirección General de Fiscalización y Control (Dgfyco), coordinada por la AGC. La primera registra el trámite de obra, y la segunda se ocupa de controlar y fiscalizar que las edificaciones estén en regla.
Las tareas de registro y de fiscalización de las obras civiles se separaron, entre otros motivos, por las sospechas de corrupción en el trámite de registro y fiscalización, que antes era regulado por la misma área, según indicaron en el gobierno.
"La separación ocasionó algunos inconvenientes de coordinación entre ambas áreas, dado que hubo que fijar circuitos administrativos que incluyeran el desdoblamiento de algunos expedientes para que cada una pudiera desarrollar sus tareas", confió una fuente del gobierno que ya no se desempeña en el área.
A principios de 2008, la Dgfyco contaba con 60 inspectores para fiscalizar unas 100.000 construcciones en altura que hay en la ciudad, mientras que en la actualidad el número de agentes creció a 115. Con la cantidad de inspectores que tiene la Capital existe una capacidad promedio de realizar 200 controles diarios.
"No encuentro méritos en esta administración, en relación con el control de obras, ya que no están haciendo más de lo que les corresponde. En otras palabras, están ejerciendo su poder de policía y cumpliendo con una normativa que debe ser ejercida por los organismos de control, en este caso la Dgfyco. Es responsabilidad del Poder Ejecutivo hacer cumplir las normas vigentes", dijo a LA NACION la diputada kirchnerista Silvina Pedreira, presidenta de la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura porteña.
PRENSA -Infobae 05/05/2009
Gracias!!! INFOBAE No estamos locos ni solos!!!!!!!
Clausuran dos obras por día en la ciudad de Buenos Aires
Se detectaron edificios de hasta siete pisos que comenzaron a construirse sin ningún permiso. Sospechan de una red de corrupción. Además, se reciben denuncias referidas a irregulares
Ante esta evidente falta de controles en las construcciones en la Capital, y en la que también se sospecha de casos de corrupción, el gobierno local impulsa una nueva metodología de inspecciones, con más agentes en la calle y una estratégica división del organismo que antes otorgaba los permisos y también fiscalizaba las obras: la Dirección General de Fiscalización de Obras y Catastro.En lo que va del año, se clausuraron dos obras por día en la ciudad por no cumplir con la normativa vigente; el 70% fue por la falta de permisos para edificar o demoler una vivienda. En ese mismo período, el gobierno de la ciudad recibió 2500 denuncias referidas a construcciones irregulares, de las cuales el 40% fueron obras "presuntamente clandestinas", y el 20%, "obras que carecen de medidas de seguridad".Según la Agencia Gubernamental de Control se han clausurado más de 240 obras en la ciudad, el 30% de las cuales se concentraron en los barrios de Palermo, Villa Urquiza, Villa del Parque y Balvanera. No ha habido casos comprobados de inspectores sobornados por los cuales se debieron hacer denuncias penales. Pero ahora los inspectores son elegidos por sorteo y se fiscalizan las inspecciones que realizan.El cambio en la estructura administrativa que ejecuta los controles en las obras de la ciudad no fue nada sencillo. Después de que Macri asumió en la ciudad, en diciembre de 2007, la antigua Dgfoc fue dividida en las actuales Dirección General de Registro de Obras y Catastro, que depende del Ministerio de Desarrollo Urbano, y la Dirección General de Fiscalización y Control, coordinada por la AGC. La primera registra el trámite de obra, y la segunda se ocupa de controlar y fiscalizar que las edificaciones estén en regla segúninforma el diario La Nación. Las tareas de registro y de fiscalización de las obras civiles se separaron, entre otros motivos, por las sospechas de corrupción en el trámite de registro y fiscalización, que antes era regulado por la misma área, según indicaron en el gobierno.
Clausuran dos obras por día en la ciudad de Buenos Aires
Se detectaron edificios de hasta siete pisos que comenzaron a construirse sin ningún permiso. Sospechan de una red de corrupción. Además, se reciben denuncias referidas a irregulares
Ante esta evidente falta de controles en las construcciones en la Capital, y en la que también se sospecha de casos de corrupción, el gobierno local impulsa una nueva metodología de inspecciones, con más agentes en la calle y una estratégica división del organismo que antes otorgaba los permisos y también fiscalizaba las obras: la Dirección General de Fiscalización de Obras y Catastro.En lo que va del año, se clausuraron dos obras por día en la ciudad por no cumplir con la normativa vigente; el 70% fue por la falta de permisos para edificar o demoler una vivienda. En ese mismo período, el gobierno de la ciudad recibió 2500 denuncias referidas a construcciones irregulares, de las cuales el 40% fueron obras "presuntamente clandestinas", y el 20%, "obras que carecen de medidas de seguridad".Según la Agencia Gubernamental de Control se han clausurado más de 240 obras en la ciudad, el 30% de las cuales se concentraron en los barrios de Palermo, Villa Urquiza, Villa del Parque y Balvanera. No ha habido casos comprobados de inspectores sobornados por los cuales se debieron hacer denuncias penales. Pero ahora los inspectores son elegidos por sorteo y se fiscalizan las inspecciones que realizan.El cambio en la estructura administrativa que ejecuta los controles en las obras de la ciudad no fue nada sencillo. Después de que Macri asumió en la ciudad, en diciembre de 2007, la antigua Dgfoc fue dividida en las actuales Dirección General de Registro de Obras y Catastro, que depende del Ministerio de Desarrollo Urbano, y la Dirección General de Fiscalización y Control, coordinada por la AGC. La primera registra el trámite de obra, y la segunda se ocupa de controlar y fiscalizar que las edificaciones estén en regla segúninforma el diario La Nación. Las tareas de registro y de fiscalización de las obras civiles se separaron, entre otros motivos, por las sospechas de corrupción en el trámite de registro y fiscalización, que antes era regulado por la misma área, según indicaron en el gobierno.
lunes, 4 de mayo de 2009
PRENSA - Medio: "NOTICIAS URBANAS"
AGRADECEMOS A Noticias Urbanas !!!!!!!!!!!!!!
Publicación: 04/05/2009Temática: Politica
EDIFICIOS STOP
Convivir con gigantes
Vecinos de los barrios de Villa Pueyrredón y Agronomía llevan adelante un reclamo para poner fin a la construcción indiscriminada de edificios en la zona en que viven. Reclaman la vuelta atrás de una modificación en el Código de Planeamiento Urbano que no tendría en cuenta la estructura peculiar de la zona.
Por Martín Mérola
Desde los barrios de Villa Pueyrredón y Agronomía, allá por las lejanas tierras de la zona oeste porteña, llega un grito de auxilio ante la amenaza de un enemigo ya conocido, y enfrentado, por muchos otros habitantes de la capital: la construcción indiscriminada de edificios de altura. Enmarcados en una asamblea denominada "Salvemos al Barrio", vecinos de los dos barrios buscan poner fin a las construcciones de más de tres pisos que, según ellos mismos declaran, "están destruyendo el barrio".
El problema se centra en unas doce cuadras de la Avenida Salvador María Del Carril, que van desde Campana hasta Avenida Constituyentes, y dos cuadras de su continuación, La Pampa, desde Constituyentes hasta Burela; una zona característicamente de casas bajas. Allí en los últimos dos años ya se inauguraron 8 edificios, mientras que otros 12 están en proceso de construcción, junto con 5 proyectos para nuevas edificaciones.
Para ubicar el problema es necesario remontarse al año 2000, fecha en que se incurrió en una modificación (Ley Nº 449) del Código de Planeamiento Urbano por la cual en el distrito en el que viven los vecinos se pasó a utilizar el régimen de ancho de calle para establecer el límite en la altura para la construcción de edificios. Por tratarse de una calle de considerable ancho, se desprende que las construcciones sobre Avenida Salvador María Del Carril puedan alcanzar alturas de hasta 10 o 12 pisos.
Sin embargo, no se tiene en cuenta que el tramo donde habitan los reclamantes es una zona donde abundan los pasajes, por lo que los edificios construidos llegan hasta la medianera de las casas del contrafrente. El caso, puntualizan los vecinos, amerita una legislación especial que permita poner un límite menor a la altura de las construcciones, respetando de esa forma la fisonomía característica de la zona.Con ese objetivo en mente fue que iniciaron las asambleas en enero de 2009. En ese marco fue que comenzó la movilización "contra la construcción indiscriminada y fuera de una planificación urbana responsable". Paralelamente al problema central de la altura, aparecieron denuncias de "irregularidades en las obras existentes", además de los problemas que significan las obras para la vida diaria de los habitantes.Nelly De Grande, una de las vecinas afectadas, relató a Noticias Urbanas como una viga de madera cayó desde una obra mientras realizaban construcciones en su casa y "de suerte no mató a algún obrero", o como una vecina desde hace años convive con una media sombra sobre su jardín que lo protege del polvo, pero también de la luz solar que permite la supervivencia de sus plantas.
Desde la asamblea nació el pedido de cambio de zonificación, que a la fecha recibió la firma de 2700 vecinos. Ese pedido incluía, junto con el pedido de modificación del Código de Planeamiento Urbano, la "suspensión inmediata de los permisos de obra" y hacía énfasis en las irregularidades observadas en las construcciones.
El 22 de marzo de ese año, el reclamo llegó a la Comisión que preside la diputada del Frente para la Victoria, Silvina Pedreira. Fue la misma Pedreira, junto a la directora Bárbara Rossen, quien se hizo eco del reclamo vecinal y, tras verificar el alcance del problema, el 1 de abril presentó un proyecto de ley que propone la modificación del Código con el objetivo de preservar el barrio.
En el texto del proyecto se describía el "paisaje urbano atractivo" que caracteriza a la zona, recalcando que "si bien no amerita su afectación a un distrito de arquitectura especial", sí se podía alcanzar la modificación de la norma. Además, se hacía énfasis en la morfología del barrio y en la "existencia de numerosos pasajes".El martes 28 de abril unos 50 habitantes de la zona se hicieron presentes durante la reunión de asesores de la Comisión que trató el proyecto, de la cual también participaron representantes de las empresas constructoras. Tras una discusión de varias horas, los asesores de los legisladores del bloque PRO, mayoría en la Comisión, decidieron no pronunciarse a pesar de que estarían de acuerdo con que la zona amerita una legislación especial, a la espera de una indicación desde el Ejecutivo. Mientras tanto, todos los demás bloques se volcaron en favor de la propuesta. A partir de esa medida el reclamo se encuentra estancado. Entre los asambleístas se hace patente la sensación de que las prioridades del Gobierno se alinean más con las constructoras que con su planteo. La presentación de la solicitud directamente ante el Ejecutivo, en la cual también se reclama la intervención de los organismos encargados de controlar las obras, tampoco genera muchas esperanzas de respuesta
Para los vecinos la velocidad con que se resuelva la cuestión es la mayor prioridad. Cada retraso significa un nuevo edificio, y con cada edificio es menos lo que queda de ese barrio de casas bajas en una zona de pasajes sobre catorce cuadras de la Avenida Del Carril.
Publicación: 04/05/2009Temática: Politica
EDIFICIOS STOP
Convivir con gigantes
Vecinos de los barrios de Villa Pueyrredón y Agronomía llevan adelante un reclamo para poner fin a la construcción indiscriminada de edificios en la zona en que viven. Reclaman la vuelta atrás de una modificación en el Código de Planeamiento Urbano que no tendría en cuenta la estructura peculiar de la zona.
Por Martín Mérola
Desde los barrios de Villa Pueyrredón y Agronomía, allá por las lejanas tierras de la zona oeste porteña, llega un grito de auxilio ante la amenaza de un enemigo ya conocido, y enfrentado, por muchos otros habitantes de la capital: la construcción indiscriminada de edificios de altura. Enmarcados en una asamblea denominada "Salvemos al Barrio", vecinos de los dos barrios buscan poner fin a las construcciones de más de tres pisos que, según ellos mismos declaran, "están destruyendo el barrio".
El problema se centra en unas doce cuadras de la Avenida Salvador María Del Carril, que van desde Campana hasta Avenida Constituyentes, y dos cuadras de su continuación, La Pampa, desde Constituyentes hasta Burela; una zona característicamente de casas bajas. Allí en los últimos dos años ya se inauguraron 8 edificios, mientras que otros 12 están en proceso de construcción, junto con 5 proyectos para nuevas edificaciones.
Para ubicar el problema es necesario remontarse al año 2000, fecha en que se incurrió en una modificación (Ley Nº 449) del Código de Planeamiento Urbano por la cual en el distrito en el que viven los vecinos se pasó a utilizar el régimen de ancho de calle para establecer el límite en la altura para la construcción de edificios. Por tratarse de una calle de considerable ancho, se desprende que las construcciones sobre Avenida Salvador María Del Carril puedan alcanzar alturas de hasta 10 o 12 pisos.
Sin embargo, no se tiene en cuenta que el tramo donde habitan los reclamantes es una zona donde abundan los pasajes, por lo que los edificios construidos llegan hasta la medianera de las casas del contrafrente. El caso, puntualizan los vecinos, amerita una legislación especial que permita poner un límite menor a la altura de las construcciones, respetando de esa forma la fisonomía característica de la zona.Con ese objetivo en mente fue que iniciaron las asambleas en enero de 2009. En ese marco fue que comenzó la movilización "contra la construcción indiscriminada y fuera de una planificación urbana responsable". Paralelamente al problema central de la altura, aparecieron denuncias de "irregularidades en las obras existentes", además de los problemas que significan las obras para la vida diaria de los habitantes.Nelly De Grande, una de las vecinas afectadas, relató a Noticias Urbanas como una viga de madera cayó desde una obra mientras realizaban construcciones en su casa y "de suerte no mató a algún obrero", o como una vecina desde hace años convive con una media sombra sobre su jardín que lo protege del polvo, pero también de la luz solar que permite la supervivencia de sus plantas.
Desde la asamblea nació el pedido de cambio de zonificación, que a la fecha recibió la firma de 2700 vecinos. Ese pedido incluía, junto con el pedido de modificación del Código de Planeamiento Urbano, la "suspensión inmediata de los permisos de obra" y hacía énfasis en las irregularidades observadas en las construcciones.
El 22 de marzo de ese año, el reclamo llegó a la Comisión que preside la diputada del Frente para la Victoria, Silvina Pedreira. Fue la misma Pedreira, junto a la directora Bárbara Rossen, quien se hizo eco del reclamo vecinal y, tras verificar el alcance del problema, el 1 de abril presentó un proyecto de ley que propone la modificación del Código con el objetivo de preservar el barrio.
En el texto del proyecto se describía el "paisaje urbano atractivo" que caracteriza a la zona, recalcando que "si bien no amerita su afectación a un distrito de arquitectura especial", sí se podía alcanzar la modificación de la norma. Además, se hacía énfasis en la morfología del barrio y en la "existencia de numerosos pasajes".El martes 28 de abril unos 50 habitantes de la zona se hicieron presentes durante la reunión de asesores de la Comisión que trató el proyecto, de la cual también participaron representantes de las empresas constructoras. Tras una discusión de varias horas, los asesores de los legisladores del bloque PRO, mayoría en la Comisión, decidieron no pronunciarse a pesar de que estarían de acuerdo con que la zona amerita una legislación especial, a la espera de una indicación desde el Ejecutivo. Mientras tanto, todos los demás bloques se volcaron en favor de la propuesta. A partir de esa medida el reclamo se encuentra estancado. Entre los asambleístas se hace patente la sensación de que las prioridades del Gobierno se alinean más con las constructoras que con su planteo. La presentación de la solicitud directamente ante el Ejecutivo, en la cual también se reclama la intervención de los organismos encargados de controlar las obras, tampoco genera muchas esperanzas de respuesta
Para los vecinos la velocidad con que se resuelva la cuestión es la mayor prioridad. Cada retraso significa un nuevo edificio, y con cada edificio es menos lo que queda de ese barrio de casas bajas en una zona de pasajes sobre catorce cuadras de la Avenida Del Carril.
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